Regresa el gozo al Bernabeu

Como si de un hijo pródigo se tratase, los aficionados –escépticos incluidos- volvieron a reencontrarse con las grandes noches de entrega, garra, coraje, pundonor y –sobre todo- espectáculo. Apto para cardíacos, la derrota o el empate, hubiese dejado un buen sabor de boca igualmente. Apto para los amantes del buen fútbol. No en vano, presenciamos el mejor choque de la actual competición liguera.

Desde el primer minuto se atistaba un duelo de alto voltaje. El Madrid salió muy enchufado: línea defensiva adelantada –en coordinación con la medular- achique de zonas y presión asfixiante de medio campo para adelante. Rol de cada jugador definido, frente a un equipo que mueve el balón a un alto ritmo. Más mérito si cabe aún.

Merodeaba el área, aguantaba bien la posición el Villareal. Hasta que llegó el tempranero gol. Guti -enchufado en ataque, y sin desidir del choque y la recuperación-lee perfectamente el gran desmarque de Robinho. Pase al hueco y gol de libro en sólo 2 toques.

La tónica posterior fue la descrita anteriormente. La sensación de peligro era constante. Pero enfrente, un señor equipo. Y es que el Villareal tiene una tremenda pegada y calidad en su vanguardia. Ejemplo el gol de Rossi. Recorte orientado y tremendo zurdazo que se cuela por la escuadra derecha de la portería. Nada pudo hacer Iker. El italiano –una de las revelaciones de la liga- se está ganando a pulso la titularidad en la escuadra azzurra (tremenda pareja haría con Toni).

Pero la mentalidad ganadora está ahí, es algo con lo que esta temporada siempre contamos. Claro exponente de esa mentalidad -en forma de agresividad y lucha- es Gago. El argentino lleva tres enormes partidos. Barriendo balones, reculando la posición , construyendo e incorporándose al ataque. Si sigue en esta dinámica se prevé un interesante duelo entre él y Diarra por esa plaza.Junto al argentino –y al ya mencionado Guti-, Baptista fue el tercero en discordia del fortín. No brilló excesivamente en ataque, pero su labor oscura fue encomiable. Una fuerza bruta para ir al choque.

Como hay que destacar todas las líneas, no va ser menos la delantera. Enésima lección de deportividad y entrega de Van Nistelrooy. El holandés abre espacios, habilita llegadas desde segunda línea, protege bien el balón y trabaja destajo en la recuperación. Raúl no tuvo su día, pero el "7" nunca da un balón por perdido.

Capítulo aparte para Robinho. Perplejo me hallo ante su progresión y madurez. Balón perdido en el uno contra uno, balón presionado. Ahí es donde los jugadores desequilibrantes se convierten en completos desequilibrantes. Y para desequilibrio, su segundo gol, precedido de dos paradas de Diego López. El lucense es un porterazo. Intentó amargar la existencia a los atacantes blancos (a cuantificar, seis paradas de mucho mérito), pero no contaba con la terrible pegada. Inexplicable su venta. Podría pelear con Iker el puesto.

Alusión también a la línea defensiva. En los costados, mejoría de Salgado –pese a que Cazorla le ganó la espalda más de una vez- y seriedad defensiva de Torres, sin presencia ofensiva. En el centro, imperiales Ramos y Cannavaro. Zanjando debates de antaño sobre el embrujo negativo del puesto de central en el conjunto blanco. Y –sin contar- los lesionados: Don José y Heinze. Sin duda, 4 colosos de la zona central de la zaga.

Con el 2-1, el partido entró en una fase “correcalles”. Y llegó el gol de los amarillos. Único despiste defensivo –precedido de un córner- que Capdevila –libre de marca- aprovecha. Si hablaba de la mentalidad y calidad de los blancos, los castellonenses no van a ser menos. Junto a los ya mencionados Rossi y Diego López, se podría destacar a un buen puñado de jugadores. Así que elijo a Bruno. El canterano tiene hechuras de proyecto de gran jugador. Muy completo y con constante presencia en el partido.

El gol supuso un jarro de agua fría , si me permitís la expresión. Porque un minuto después –y antes de vaciarse el jarro- Gago envía ,con sutileza, un balón por encima del defensor a Sneijder. El holandés –que acababa de salir al campo- rompe el cuero (y al mismo tiempo su sequía), que se cuela entre las piernas del portero visitante. Importante refuerzo anímico para el ex-ajacied. Estalla de gozo el Bernabeu.

Victoria merecida, en un bello duelo. 9 puntos al Barça y más de media liga en el bolsillo