Ya no me sorprende la situación que, a su vez, tiene tan sorprendida a medio entorno blaugrana. Hablo de Ronaldinho, todo un Balón de Oro y FWP que hace tan sólo 2 años, el Bernabeu aplaudió en pie. Quizás sea ese corto espacio de tiempo, hasta hoy, el que haga en la mente de los culés, ver que el jugador todavía puede; Puede pero no quiere. Eso y que en algún partido pueda le resolver a través algún destello. El jugador ha perdido su desborde y no es casualidad. Se juega como se entrena, y dicen que el Gaucho lleva 2 años entrenando a base de gimnasio y el problema añadido es quien permite que lo haga. No sólo eso, lo permite y a su vez lo pone en sus alineaciones como esperando lo que he escrito líneas más arriba. Digo ‘como’ porque el caso podría ser otro distinto, y es que la familia de Asís se habrá cubierto muy bien las espaldas, y para el Barça sería insostenible tener a Ronaldinho en el banquillo.

Las encuestas hacen culpables al jugador, o en su defecto a Frank. La prensa está de uñas y eso es síntoma de que alguien caerá. Quizás por esto último se debería mirar un poco más hacia arriba, quizás Laporta tenga una explicación.

Esto es sabido por los clubes pero..., algo falla.
El Madrid mantuvo a Figo o Zidane que dieron sus años de rendimiento y cuando lo consiguieron todo, se cumplió un ciclo; La calidad persiste pero las ganas y el resistirse a ver que aquellos jugadores ya habían dado su tope en un club, también.

Un buen partido o un gol hace que toda una afición se culpe al haber dudado de su crack al haber visto también como en otros siete perjudicó a su equipo, y así esto se convierte en el cuento de nunca acabar.
Si el club quiere vender es por algo, el debate de ‘El Gaucho’ sí o no, debería acabarse, aceptar lo que te ofrecen por él, acompañarle hasta la puerta y comprarle el billete de avión si es preciso.

Que pregunten en Madrid por un tal Ronaldo.

El Madrid ha dado un golpe bestial a la liga. Para la vuelta de la liga, tiene un colchón de 7 puntos sobre el Barça, y lo más importante es que ha sumido al Barça en una crisis que se venía venir desde hace tiempo.

La clave del partido fue el baño táctico del equipo de Schuster al de Rijkaard. El partido empezó con continua posesión del Barça, pero en cambio los acercamientos del Madrid eran mucho más peligrosos. El Barça, con Xavi y Deco desparecidos y un Touré sin ayudas se estrellaba una y otra vez contra Diarra y Baptista, y cuando les conseguían superar, allí se encontraba el omnipresente Pepe, el rápido Cannavaro, el seguro Heinze el todopoderoso Ramos. Aún así, Casillas apareció en un par de ocasiones ante Eto’o y Ronaldinho para evitar más que posibles goles.

Mientras en defensa el equipo era una roca, en ataque no conseguía trenzar jugadas hasta que apareció Baptista, ese jugador en el ostracismo hasta hace poco, que después de anular el centro del campo azulgrana fue capaz de coger un balón enviado de Raúl de cabeza, hizo una pared con RVN y se plantó solo contra Valdés al que batió con una bonita volea con el exterior. Era el minuto 37 y el público se empezó a poner nervioso.

Llegó la segunda parte con un Barça que quería y no podía. Eto’o, completamente anulado por Pepe, Ronaldinho, pitado, no fue capaz de irse de Ramos más que una vez, solo Iniesta conseguía moverse entre líneas con peligro.

Y mientras el Barça insistía, el Madrid montaba contras vertiginosas. La capacidad de contraataque del Madrid hizo provocar más de un 4 contra dos (se dice pronto) después de un corner del Barça. Solo la mala puntería evitó más goles ante una defensa desbordada con un habilidoso Robinho que destrozó a Puyol, la velocidad del centro del campo liderado ofensivamente por Sneijder y Baptista y la presión en la salida del balón de RVN y Raúl.

Pasaba el tiempo y Rijkaard no movía ficha. Hasta el momento en el que sacó a Dos Santos y Bojan por Xavi y Deco, y a Puyol por Zambrotta por lesión. El Madrid respondía con Gago, Robben y Torres por Sneijder, Robinho y Ramos. Bojan nada más salir hizo uno de los pocos tiros peligrosos y es que este chico apunta muy alto.
Y así murió el partido que pudo acabar mucho antes, como dijo Schuster, si el Madrid llega a estar más acertado. El Madrid a disfrutar de las Navidades, el Barça a reflexionar y buscar soluciones antes de que sea demasiado tarde. Mientras tanto, el Madrid es líder, y lo más importante, LO DEMUESTRA.

Dicen que las grandes batallas se deciden por pequeños detalles que decantan la balanza a favor de unos u otros. Pues bien ,en ocasiones, hay rotundas victorias forjadas en una intachable y abrumadora superioridad estratégica. Fiel reflejo de ello fue lo ocurrido en el gran clásico por antonomasia del pasado Domingo.

La apuesta de Schuster fue clara. Prescindió de cualquier atisbo de elegancia, toque plano y ralentización en la zona ancha, en beneficio de tejer un entramado de líneas que operaron como una maquinaria relojera sincronizada (con un claro sello italo-germano): Retaguardia adelantada, impidiendo fisuras en los tres cuartos. Medular “herculiana”, ejerciendo una presión asfixiante y barriendo los “peones” blaugranas –ahí fue donde se fraguó el sabor de la victoria-. Vanguardia permutable, dificultando la salida limpia del balón. Resultado: Metódico frente de combate que descompuso a los de Rijkaard.

Como he dicho, el encuentro se decidió en la zona central. Baptista y Sneijder se encargaron de romper la débil trinchera de los locales. Descomunal partido de La Bestia. Diarra se unió a la fiesta, yendo de menos a más y erigiéndose en el vértice de los 2 triángulos. Por el lado contario, Xavi mostró su peor cara. El vallesano sufrió en la presión y sin espacios, hasta diluirse. Exhibió todas sus carencias como jugador.

Con los medios ahogados y las bandas taponadas -gracias a perfectas basculaciones- el único recurso del Barça era la figura de Iniesta. El manchego estuvo pletórico los 90 minutos. Embestía por todas los lados, pero cuando llegaba al área se encontraba con la excelsa figura de Don José.. Mención aparte.

El partido de Pepe fue escandaloso: Perfecto al cruce, atento en la anticipación, inexpugnable por alto y con una sobrada capacidad de salida del balón. Encuentro para callar bocas y empezar a justificar su precio. Omnipotente. Junto a él, la mejor versión de Cannavaro: midiendo perfectamente las distancias. En los flancos, Ramos y Heinze. Ronaldinho (su ocasión más clara fue perfectamente desbaratada por Iker) y Eto´o (sin dar señales) acabaron desquiciados. Cualquier desborde del primero a su par era desbaratado por la imperiosa figura de Pepenbauer. Omnipresente.

La perfecta disposición táctica se vio recompensada en forma de gol tempranero. Y es que éste equipo no juega. Este equipo se repliega, recupera, contragolpea y mata. Claro ejemplo fue el gol. Contra como mandan los cánones. Embestida de Baptista –una de las múltiples del partido- pared con Ruud y zarpazo a bote pronto –con el exterior de su pierna derecha- que se coló por el ángulo superior izquierdo del marco de Valdés. Golazo.

Si hay que poner un pero ,al gran trabajo del conjunto, es la sensación de poder haber matado el partido. Raúl y Ruud –vaciados en la presión- llegaban exhaustos al área. Robinho bicicleteaba y desquiciaba a Puyol –en una preocupante forma- pero no atinaba con el segundo. El Barça llegó en oleadas finales con la entrada de Bojan. El de Linyola transmitió más sensación de peligro en los escasos diez minutos que estuvo en el campo que el resto de sus compañeros, Iniesta aparte. ¿Reclamo a gritos del cambio generacional?.

En definitiva, justa victoria en el partido más serio del Madrid que recuerdo en años. Confirmación de Pepe –con un partido que le eleva al Olimpo de los grandes centrales-, imperiosa necesidad de Baptista en el once inicial y claridad de ideas de Schuster (sin contradecirse al sentar a Guti. En ese partido, el “14” no tenía cabida). Estocada a la Liga. Ahora bien, ¿Transmitirá el equipo tan gratas sensaciones en las grandes citas?. Tiempo al tiempo. El camino y el modelo a seguir está marcado.

El partido comenzaba para mí con una gran confianza en mi equipo, el Real Madrid. A toro pasado es fácil decirlo, pero esto se lo dije a muchas personas con las que comenté los días previos antes del partido, incluso a gente de nuestro foro.
Esas sensaciones eran justo las mismas que pude ver posteriormente en los 90 minutos del Camp Nou. El Real Madrid parece un equipo más sólido y que es capaz de jugarle a cada equipo en condición de sus características. El Barça aún sin perder su estilo, es previsible y no está acostumbrado a sufrir con su juego de posesión de la pelota.

El centro del campo del Madrid le arrasó al del Barcelona, al que mantuvo en varias fases del partido a sus delanteros alejados de Casillas, que hizo 3 paradas de mérito, Pepe fue el máximo exponente de esto que secó a Eto´o. El robo de balón y salida rápida de la pelota también fue clave. El encargado fue un jugador sorpresa, que en detrimento de Guti, se erigió como el jugador veloz, con un rápido desplazamiento del balón y además goleador de la noche. Hablamos de Baptista, todo un ejemplo para los demás que han perdido oportunidades o que aún no disponen de ellas. Son estos jugadores los que hacen equipo.
En cuanto al Barcelona, y por todo lo contrario, haría mención especial a Ronaldinho. Es así como el Barça pierde terreno, y jugadores que vienen avisando fuerte como Bojan tienen que ver mucho banquillo, hoy por hoy en el Barça pocos jugadores llevan esa sensación de peligro. Quizás sea esto culpa de Rijkaard, ¿no se atreve con sus jugadores?. Otro que lleva esta sensación de peligro en el Barça es el ausente del partido Messi, tengo que decir que con él en el campo el partido hubiera sido otro, ya lo vimos el año pasado, aún teniendo el partido de nuestro lado en una genialidad nos le recortó.
La duda que me quedaba era saber como reaccionaría el Madrid en otro partido fuera de casa, dónde ya pude ver en otros partidos que sufrimos demasiado y con equipos que le juegan sin ningún respeto al Madrid.

7 puntos en 17 partidos se hacen mucha distancia y alguien en el Barcelona tendría que reaccionar, al Madrid no le queda otra que seguir por ese camino y no dejarse decaer en otras competiciones como por ejemplo la Champions, donde ya todos los rivales son de peso y tiene que saber jugar para administrar un resultado y donde tendremos que empezar a jugar con 14-15 jugadores para alternar todas las competiciones.
Aún no nos debemos sentir campeones de nada y prepararnos porque pasaremos por momentos no tan buenos.

Felices fiestas a todos.

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