El Cruce

A veces, una mala cabeza, unos malos hábitos o la propia falta de ambición nos privaron de disfrutar de los mayores talentos futbolísticos del momento. No han sido pocos los jugadores que teniendo todos los factores posibles a su favor y un talento innato, no llegaron a sellar su nombre con letras de oro en los libros de história del fútbol. Aún así, nos dejaron numerosos detalles de lo que podría haber sido y no fue.

Qué decir de las lesiones, inoportunas compañeras de jugadores con prometedoras carreras y aceleradoras impertinentes de un fin de carrera no deseado.

En ocasiones, ellos no "quisieron", en otras, no les dejaron.


El más claro ejemplo y abanderado de esta sección podría ser perfectamente Paul Gascoigne, el ya retirado futbolista inglés estuvo ligado a la polémica desde sus inicios como profesional. Ya de juvenil tenía problemas con la justicia de su país, sus escándalos eran habituales, su indisciplina siempre presente en los clubes donde militó, sus adicciones una lacra para su carrera y su carácter un tanto complicado para los vestuarios de fútbol. Las lesiones también le privaron de ser uno de los más grandes. Como fútbolista destacó desde sus inicios en el Newcastle como la mayor promesa del fútbol inglés. Era un "box to box" que crearía escuela en el posterior fútbol de las islas, un físico portentoso con una técnica poco común en los centrocampistas de su corte, muy dificil arrebatarle el balón. Sus temporadas en el Tottenham y sus actuaciones puntuales en la selección y en el Rangers (sobre todo) nos dan una idea de lo que nos privó su mala cabeza.

Otro nombre importante que surgió en una Premier en auge fue el de Matt Le Tissier. El amor por unos colores hicieron que no ganase ningún título, ni fama, ni dinero. Desde el día en que debutó hasta su último día como profesional jugó en el Southampton, club humilde de la Premier destinado a evitar el descenso cada temporada. El Milán (mejor club de la epoca) quiso hacerse con sus servicios así como otros afamados clubes ingleses pero Le Tissier siempre tuvo clara su escala de valores. Como jugador, Le God era un punta con una increíble frialdad para la definición, un mediapunta con un tremendo repertorio de filigranas, controles y pinceladas de fútbol de alta gama y un volante con una pegada ambidiestra increíble. En definitiva, un jugador polifacético con recursos de crack en todas las posiciones.
Marcó más de 200 goles en el Southampton, algunos de ellos de bellísima factura... Si algunos de esos goles los hubiese marcado en un club de más renombre ¿Cómo se hablaría de Le Tissier en la actualidad?

La camada de brasileños del fútbol moderno.

Este grupo de futbolistas brasileños han triunfado en su carrera profesional consiguiendo los más distinguidos galardones a nivel individual y muchos títulos a nivel de club y selección pero su potencial y su calidad daban para algo más. Pasarán a ser los cracks brasileños del momento pero algunos de ellos no estarán en ese grupo de elegidos en la historia por diversos motivos, en la mayoría de ellos, por una evidente falta de profesionalidad.

Romário Da Souza Faria. De Romário se puede decir que triunfó en un club importante como el Barcelona y ha sido uno de los grandes delanteros brasileños de la historia. Pero su andadura europea fue más corta de lo que nos hubiese gustado. Sus problemas indisciplinarios, su afición por la vida nocturna y su escasa ambición le hicieron pasar la mayor parte de su carrera en ligas mediocres y poco competitivas como la brasileña, estadounidense, qatarí o australiana. No es de extrañar que se atribuya el record de los más de 1000 goles como profesional.
El momento cumbre de su carrera fue en sus inicios en el PSV y las dos temporadas que pasó en el F.C Barcelona donde ganó una Liga española anotando casi 80 goles en dichas 2 temporadas. También ganó el campeonanto del mundo de selecciones en EEUU 94.
Como delantero fue uno de los más virtuosos, imparable en carrera, de conducción elegante, y goleador como nadie facturando goles sólo al alcance de un crack.
En Brasil es poco menos que un Dios pero su prestigio en Europa fue fugaz y no estuvo a la altura de su calidad. Su desaventura en el Valencia fue el punto final a su carrera europea.

Ronaldo Nazario da Lima. Sin duda, entre los mejores delanteros de la última década en Europa, si no el mejor. No se puede decir que Ronaldo no haya triunfado pero su calidad no daba sólo para ser el mejor de los últimos 15 años, si no para ser el mejor delantero de la historia de este deporte. Dos lesiones malditas e inoportunas mermaron las capacidades del que era el delantero total; potencia, regate, velocidad y gol elevados a la máxima potencia. El fenomeno eclosiona en Europa en el PSV al igual que Romario y de ahí al Barcelona donde pasa una temporada que le sirve para consagrarse como el mejor jugador del mundo. Ya en el Inter sufre una lesión en su rodilla derecha que le destroza el tendón rotuliano y parte de su carrera deportiva. Del jugador fino, explosivo y físico Ronaldo se convierte en un jugador de chispazos y de un físico más torpe que no fue suficiente para privarnos de un gran jugador (de hecho vuelve ganando el Mundial de Corea y Japón en 2002) pero sí de volver a ver a aquel jugador del Barcelona y primera temporada del Inter que era, posiblemente, el mejor del mundo.
En el Real Madrid siempre fue un jugador discutido por su poca profesionalidad y su decepcionante físico pero de notable rendimiento. Su marcha al Milan y su segunda lesión en la rodilla (esta vez la izquierda) terminaron con la carrera de Ronaldo en la élite.

¿Sería Ronaldo el mejor delantero de la história por delante de Pelé, Maradona y un largo etc de no haber sido por sus lesiones?

Ronaldinho. Sus 5 temporadas en el Barça (en especial las 3 primeras) fueron de un nivel casi innedito en el fútbol. Su repertorio de filigranas, su velocidad de ejecución y su capacidad de liderar el equipo y ser decisivo llevaron al Barça a las más altas cotas del fútbol europeo y a Ronaldinho a conseguir los más distinguidos galardones a nivel indiviudal. Sus problemas en el vestuario, su escaso compromiso y su falta de profesionalidad hicieron el resto para la contraposición a sus éxitos conseguidos. Su marcha al Milan por la puerta de atrás fue el más claro síntoma de un jugador acabado a una temprana edad.
No hay duda de que si el Gaucho hubiese mantenido el nivel unos años más tendría un hueco entre los más grandes.

Adriano. Sus dos años en el Parma y los tres en el Inter hicieron que se hablase de él como el más digno sucesor de Ronaldo en la delantera brasileña. Sus condiciones como futbolista eran las ideales para marcar una epoca pero no llegó a triunfar de forma contundente tras sus problemas con el alcoholismo, con la justicia de su país y sus alegaciones de depresión por problemas familiares. El emperador se valía de un cañón en su pierna izquierda para conseguir goles increíbles y de su potencia física para imponerse en velocidad y reventar redes rivales. Una contundencia que le sirvió para ser uno de los delanteros top del momento y un potencial que se quedó en las botellas de Italia y Brasil.

Las lesiones, su gran lastre.

No han sido pocos los jugadores que se quedaron a medio camino de una carrera prometedora a causa de las lesiones. A parte del mencionado Ronaldo, otros ilustres dejaron la practica del fútbol debido a una lesión. El mayor exponente es Marco Van Basten, un jugador contínuamente aquejado por las lesiones ya desde su etapa en el Ajax en la cual tuvo que sufrir una operación de tobillo que marcó el resto de su carrera. Desde su grave lesión en 1992 sólo pudo jugar esporádicamente, como en la final de la Champions de 1993 contra el O. Marsella en la cual tuvo que jugar infiltrado. Se perdió el Mundial de 1994 y no volvió a jugar ningún partido oficial hasta 1995, fecha en la que Van Basten anuncia que se retira de la práctica del fútbol porque el dolor es insoportable y su cuerpo no aguantaba una operación más. El delantero con mayor talento de su generación, jugador de los clubes más importantes de la epoca tuvo una pronta retirada y una carrera marcada por las lesiones y las operaciones. Es de lógica preguntarse que hubiese sido de Van Basten sin el lastre de las lesiones.
Otros como Michael Owen tuvieron una carrera meteórica en sus primeros años, la figura del Liverpool y la selección inglesa acababa de conseguir el Balón de Oro como mejor jugador del mundo. Tres años después sería fichado por el Real Madrid donde dejó un buen registro de goles y detalles pero no terminó de cuajar por motivos ajenos a él como la jerarquía existente en el club, motivo que le hizo salir al año siguiente al Newcastle. Ya allí, una lesión en el metatarsiano fue el principio de un calvario de lesiones que marcarían el devenir de su carrera. Se perdió una temporada completa y su regreso fue otra vez esperanzador tras su fichaje por el Manchester pero su rendimiento jamás fue comparable al d los primeros años ya que sus lesiones le condenan a jugar con altibajos. Su última lesión le ha privado de jugar el Mundial de Sudáfrica.

En menor medida, otros jugadores de trayectoria prometedora se quedaron a medio camino y su carrera no volvió a tomar el camino precedente a la lesión. Ejemplos son Juan Carlos Valerón, Djibril Cissé, Juninho, Vicente, Manuel Pablo, Mazinho, Redondo o Henrik Larsson aunque sucediera al final de su carrera deportiva. Más actualmente nos encontramos el caso de Arjen Robben, sus contínuas lesiones quizá nos estén privando de un jugador Balón de Oro.

Una mala cabeza, una actitud inadecuada.


Un caracter complicado, una conducta impropia o una evidente falta de ambición también han sido motivo de empequeñecer la trayectoria de multitud de futbolistas, en su mayoría procedentes de origenes muy humildes y con una dificil digestión de la fama, de su nueva condición de joven y rico y de sus contratos millonarios.

George Best podría ser considerado el líder de este entramado de futbolistas, predecesor de Paul Gascoigne, del cual el propio Best dijo: "No me llega ni a los cordones de la botella".
Best era un futbolista genial que consiguió todos los éxitos posibles jugando por la banda del Manchester United, incluyendo un Balón de Oro a nivel individual. Pero su vida privada era un despróposito marcado por el alcoholismo, la vida nocturna y las mujeres. Sus últimos años de carrera fueron para olvidar, muy afectado por los estragos de la edad y el alcoholismo, figuraba como un auténtico fracasado por los campos de fútbol. Sin embargo, sus inicios fueron los más prometedores de todos los jugadores de las islas. Dos campeonatos ligueros y una Champions League contemplan al Man. U de George Best. Sus acutaciones deslumbraron al mundo entero llegando a conseguir el Balón de Oro en 1968, hasta que su flirtreo con las drogas y el alcohol fueron acabando poco a poco con el gran Best. Él mismo reconoció que "Si hubiese nacido feo, no habríais oído hablar de Pelé" en alusión a su afición por la vida nocturna y las mujeres.

Best es un jugador glorioso del futbol inglés y tuvo la suerte de alcanzar sus éxitos a una temprana edad pero otros se quedaron por el camino. Aquí podríamos hacer una larga lista de jugadores en los cuales el motivo de su fracaso es bien distinto. Algunos ejemplos...

-Yuri Djorkaeff: La estrella de la campeona del munfo, Francia, truncó su carrera dando el salto al Inter de Milán donde se convirtió en uno de los fracasos más sonados del fútbol.

- Robert Prosinecki: Tras proclamarse campeón del mundo juvenil con su pais y ser la figura del Estrella Roja, el fracaso más absoluto hizo mella en él tras su fichaje por el Real Madrid y más tarde en el Barcelona. Su gran handicap, las lesiones.

- Jari Litmanen: Tras su exitoso paso por el Ajax campeón de todo en Europa y anotando 91 goles en 150 partidos, su fichaje por el Barcelona le convirtió en un jugador fracasado por las lesiones.

- Nicolas Anelka: Una calidad inusual al servicio de un caracter introvertido que le ha llevado a tener problemas allí donde fue.

- Andriy Shevchenko: Uno de los mejores delanteros del mundo en el Milán (Balón de Oro) tuvo una carrera de éxito fugaz tras marcharse al Chelsea en 2006 aún con 29 años. Nunca volvimos a ver a aquel jugador del Milan.

- Antonio Cassano: Un fuoriclasse con el mayor talento del fútbol italiano de los últimos años que no supo digerir la fama y con una personalidad que le llevó a enfrentarse a compañeros y entrenadores.

- Diego Tristán: Y su fichaje fallido por el Real Madrid. Nunca pudo jugar en un grande. Después, su mala cabeza hizo el resto.

- Milan Baros: Tras una espectacular Eurocopa en 2004, su estancia en el Liverpool fue un auténtico fracaso. Su carrera nunca fue más allá.

Y es que dicen que Dios da pan a quien no tiene hambre...