Escepticismo, recelo, desconfianza. Términos que han dado paso al entierro de viejos fantasmas. A la exterminación de la cuña "Siempre se repite la misma historia". Al viaje dulce y fugaz de los verbos, del presente al pretérito anterior, del podemos al pudimos. Todo ello, envuelto de una Eurocopa mágica, que pasará a los anales de la historia del fútbol español y europeo. No sólo por el desenlace, también por el desarrollo.
España ha escrito una bella página, no sin previas adversidades. La fase de clasificación fue sinuosa y pronunciada. Costosa en el plano deportivo, entrometida y desestabilizada en el extradeportivo. La propaganda rauliana, el cuestionamiento táctico del modelo Aragonés, las sombras de la federación, el pique prensa-cuerpo técnico o el miedo escénico a las alturas. Ahora bien, la unión hace la fuerza, la maña nos sobra. La reacción de ambos elementos invita a timbrar el pórtico del triunfo. La llave para abatir los obstáculos. Resultado: La fase final -paradojas de la vida- ha colindado con un campo de rosas, alejándose del de espinas. Victoria heroica. Sin paliativos.
Han sido tres semanas de un constante brindis al buen fútbol. Un largo guiño a los amantes del deporte rey. No sólo por lo que respecta a nuestros intereses, sino también a los ajenos. Descubrimientos, consagraciones, meritorias actuaciones individuales, espectáculos colectivos, derroche de sudor y sangre. Junto a nuestros protagonistas –a los que pormenorizadamente haré alusión- hay que hacer un tributo al resto de convidados.
La primera fase nos regaló grandes choques y algún que otro fiasco. El llamado grupo de la muerte –de donde tendría que salir nuestro rival de cuartos- acaparó los dos lados de la moneda. Holanda fue la cara. Trituró a la campeona y subcampeona del mundo con una lección de plasticidad y eficacia a la contra. En dos encuentros que reposarán en las hemerotecas de la historia del fútbol. Comandados por Sneijder y secundados por los Kuyt, Van Nistelrooy, Robben y compañía. Sobriedad en la zaga y hormigón con Van der Sar en la portería, culminando un gran año el suyo. Descubrimos al tallo Engelaar, medio corpulento no exento de técnica. Sin duda, la naranja mecánica postulaba su candidatura al título. Francia fue la cruz. La lógica acaba imponiéndose a la sinrazón. Doménech y su cabezonería se estampanaron, y con ella el fín de una generación, tambaleada en la cuerda del declive desde hace unos meses. Benzema y Ribery comandarán el renacer galo cara al mundial de Sudáfrica. Más sombras que luces en Italia. Sufrida clasificación para cuartos, rubricada con la mano salvadora de Buffon en el penalti que erró Rumania, digno rival de grupo. La baja de Cannavaro mermó la retaguardia transalpina.
Mientras, en la otra parte del cuadro, alemanes y portugueses intentaban remarcar su etiqueta de favoritismo. La escuadra teutona –liderada por el crecido Podolski- superó sin alardes a las dos selecciones más débiles de la Eurocopa: La anfitriona Austria y la Polonia de Benhakker, donde destacaron los nacionalizados Körmaz y Guerreiro, respectivamente. En cambio, sucumbió ante la savia nueva de Croacia. La nueva hornada balcánica lideró el Grupo B, adelantando a cuartos el previsible enfrentamiento de semifinales entre dos de las selecciones punteras. El talentoso Modric ha sido uno de los grandes descubrimientos. Junto a él, juventud en los Corluka, Rakitic, Kranjcar; rigor, veteranía y oficio en los Kovac, Srna, Olic y compañía. Alemania y Croacia estaban en la ronda siguiente.
Portugal ganaba sin despeinarse. Transmitiendo buenas sensaciones. Demostrando que era una de los escollos para alzarse con la copa. Pepe y Deco se echaban el equipo a las espaldas, ante el gris torneo de Ronaldo. Por otra parte, el fútbol entiende de injusticias, sino que se lo digan a Suiza. La anfitriona, cayó ante la ramplona Chequia y puso la otra mejilla ante Turquía, artífice de grandes gestas en forma de remontada en los minutos finales. Entre ellas, la prórroga frente los checos -y la cantada de Cech- se convertirán en clásicos, demostrando que de lo injusto a lo justo hay un paso. Pasión y fe turca. Arda, Altintop, Senturk, Derdiyok, Inler o Sionko nos dejaron buen sabor de boca. Hélveticos y checos apeados del tren que llevaba a los cuartos.
¿Y nosotros?. Caminábamos con paso firme, pero pies de plomo. Rotundo debut inicial contra Rusia, con Villa desquitándose y amargando la tarde a los centrales del combinado dirigido por el trotamundos Guus Hiddink. Una de las selecciones animadoras y revelación del campeonato. Frente a la Suecia de Ibrahimovic, Torres y- de nuevo- Villa aseguraban el liderato. Tranquilidad en el tercer partido y descanso a los titulares contra una decepcionante selección griega, predecesora en el cetro europeo. Impotentes en ataque e inseguros en defensa, así se mostraron los helenos. Grecia y Suecia de vuelta sus patrias.
El sello Aragonés iba surgiendo efecto: Control del partido, entramado defensivo en torno a la figura de Senna y rapidez en las transiciones defensa-ataque en las segundas partes y con espacios.
El torneo seguía regalando partidos de escándalo. Si ya nos saciaron los Holanda-Francia, Holanda-Italia o Croacia-Alemania (por poner unos ejemplos), los cuartos, venían servidos en ración triple, partido nuestro aparte.
La industria alemana aplastó como un rodillo a los portugueses. A la contra y a balón parado. Oportunidad de oro perdida por Ronaldo para romper el tópico que se le achaca de sus no apariciones en los duelos cumbre.
La Turquía de Terim haciendo suya la célebre frase de Boskov (“fútbol es fútbol”), al dejar fuera a los croatas en un final de infarto, penaltis incluidos. El destino volvió a jugar una mala pasada a los grandes en el punto fatídico, en concreto a Modric, fastuoso todo el partido. Cuanto menos, ha nacido un proyecto de gran jugador.
Pero, antes de nuestra primera cita con la historia, quedaba lo mejor. Holanda-Rusia, o lo que es lo mismo: Dos estilos homólogos, dos escuelas holandesas: Hiddink vs Van Basten. Rotunda victoria rusa en una prórroga de escándalo y con una de las mayores exhibiciones individuales que se recuerdan en los últimos años a nivel de selecciones, la de Arshavin, cuyo caché se ha disparado. La ex república soviética iba en serio, candidato al título. Y los Zhirkov, Pavyluchenko o Zyrianov se hacían un nombre en el panorama europeo. Faltábamos nosotros. La ocasión merece capítulo aparte.
El rival no era otro que la actual campeona del mundo. Perros viejos curtidos en exhaustas batallas. Reyes de la competitividad, la lucha y el azar recompensado. Primera final para cuestionar el modelo Aragonés o ensalzarlo. Tiki-taka vs catenaccio. El gusto por el buen trato del balón se impuso. De forma sufrida en la tanda de penaltis, con un gran Iker, un impecable balance defensivo y superando el miedo escénico de la antigua ronda maldita. Vendetta a la dolorosa derrota del 94. Refuerzo psicológico importante. Un país volcado en el inicio del convencimiento de hacer algo grande. La crecida Rusia nos esperaría en el penúltimo escalón. Era cuestión de repetir el debut.
Conocíamos el posible rival en la final, Alemania había doblegado con apuros a la valiente Turquía. Sembraban dudas los alemanes, sobre todo en defensa. Era nuestro turno, una final anticipada. Como venía siendo la tónica habitual en el torneo, planteamos un clásico 4-4-2: Pivote posicional y achicando espacios, tres peloteros y los dos puntas buscando las espaldas a los centrales. La lesión de Villa trastocó los planes, paradójicamente para bien. La entrada de Fábregas descolocó a la zaga rusa, desembocando en el mejor espectáculo ofrecido en la historia del fútbol español: La segunda parte. Rozó, que digo, rebosó la perfección. Xavi –excelso todo el torneo, y nombrado mejor jugador-, Güiza y Silva nos dieron el pasaporte a la final. No entro en detalles, partido de obligado segundo visionado.
El último escalón. 29 de Junio de 2008, día para serigrafiar el rojo y oro con puño, pecho y espalda. El ambiente rodeado de un halo de favoritismo. Se mascaban buenas sensaciones, pero había que demostrarlo en la gran final. La lesión de Villa obligaba a plantear el 4-1-4-1, que tan buen resultado nos dio frente a Rusia. Casillas, Ramos, Puyol, Marchena, Capdevila, Senna, Xavi, Iniesta, Silva, Cesc y Torres. Los 11 protagonistas iniciales. Nerviosisimo en el comienzo, una pérdida de Ramos pudo inclinar la final en nuestra contra. España se fue asentado. Asfixiando en la presión. Llevando la manija. Adelantando líneas. Imperando en su asignatura pendiente: El juego aéreo. Hasta que llegó su hora: Balón en profundidad de Xavi a Torres. Tremenda zancada del niño, gana en carrera a Lahm y toque sutil por encima de Lehmann. Marcelino encontraba compañero de archivos. Tras el gol, pasmosa superioridad y múltiples ocasiones. También de imperativo visionado. Resultado corto. Daba igual, la hazaña había sido lograda. Casillas agitaba brazos en alto la Copa, Ramos añoraba a su amigo Antonio Puerta y Palop tributaba a Arconada. El éxtasis había estallado. Jugadores y España entera unida en un día para el recuerdo.
No queda más que dar las gracias a los 23 protagonistas, por hacernos vibrar, cargarnos de adrenalina, soplar emoción y euforia. A Casillas, por su instinto felino bajo palos. A Ramos, por su derroche físico. A Puyol, por su carácter y sacrificio. A Marchena, por su jerarquía infranqueable. A Capdevila, por su práctica sobriedad. A Senna, por convertir a Hércules en un gnomo. A Xavi, por su manejo superdotado de los tempos. A Silva, por ser la elegancia personificada. A Iniesta, por su exquisita conducción. A Villa, por su pillería cianúrica. A Torres, por sus temidas estampidas. A Fábregas, por su madura juventud. A Cazorla, por su manejo racional. A Xabi, por su temple ponderado. A Güiza, por su torera ejecución. Y al resto, por aportar su granito de arena y formar una piña indisoluble en el vestuario: Reina, Palop, Arbeloa, Albiol, Juanito, Navarro, De La Red o Sergio García. Y, por último, no podía olvidarme de Don Luis Aragonés: El líder inmanejable. Por su paciencia, mesura y sabio manejo del grupo. Gracias a todos, Viva España.
Crónica de un sueño hecho realidad
miércoles, 2 de julio de 2008 |
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9 comentarios:
Artículo realizado por Rick Blaine. Una acertadísima crónica de toda la Eurocopa en la que salimos campeones.
Sin duda, mucho nivel en cuanto a fútbol. Se me hubiiera antojado imposible que ninguna selección hubiese podido frenar a España que no sólo se impuso técnicamente al resto de selecciones, también física y mentalmente.
Me sorprendió Turquía.., ¿Qué hubiera sido de ellos sin las bajas?
Saludos.
me gusto el articulo, son 23 heroes que dan gusto verlos en el campo, me gusto mucho su actuacion al igual que la de otros
justamente te decia
http://el-balon-europeo.blogspot.com/, nuevo post sobre lo que dejo esta Euro. Deja tu impresión de este apasionante torneo en el blog. Tu opinión me interesa.
Un saludo
Devo
con la nueva idea del 4-1-4-1 España logró tener mas el domonio del balón, manejarlo mejor, moverlo de un costado al otro, y poder abastecer al único delantero.
Con un esquema conservador, la furia fue completamente ofensiva. Vaya paradoja.
un abrazooo y en circulo sports inauguramos "el libro del hincha", en donde podrán expresarse ustedes con lo que quieran...Pasate y participá..
Muy buena crónica. Sin duda, una grandísima Eurocopa realizada por España
Un saludo
Muy buena crónica de lo que ha sido la eurocopa.
Van Der Sar tremendo, ¿cuánto tiempo lleva a este nivel?, joder y tal y como se le ven aun le quedan un par de años.
Si que ha habído unos partidos muy interesantes, y además desde la liguilla de grupos, no solo en la fase final. Una eurocopa que será recordad por el magnífico juego desarrollado por la campeona España, y por el alto nivel de calidad y de emoción.
Solo comentar que estoy un poco en desacuerdo en que España cuando entró Cesc por Villa por la lesión, la selección jugará con un 4-1-4-1, yo creo que con ese cambio España jugó con un 4-2-3-1, ya que Senna y Xavi se movian en la misma línea, aunque claro está que Xavi tenía mayor libertad para subir. De todas formas los debates de los esquemas no es lo que más me guste, porque los esquemas dependen mucho mucho de la interpretación de los jugadores en cada momento. Por ejemplo un 5-3-2 con los laterales muy ofensivos, puede ser un equipo más ofensivo que un 3-5-2.
Un saludo amigo.
Otro artículo interesante de un blog:
http://blog.franlopez.es/2008/07/02/la-prensa-deportiva-y-la-seleccion/
Tremendo documento.
Totalmente de acuerdo en todo menos en que Xavi estuviera excelso durante todo el torneo. Estuvo demasiado horizontal en varios partidos, donde fue criticado por su escasa efectividad, al contrario que Cesc. Eso sí, ante Rusia y Alemania se salió, pero no creo que estuviera excelso.
Gran post el vuestro, sin duda, muy bien trabajado.
Saludos
Estupendo post, 100% de acuerdo. ahora solo hace falta que la hinchada de este nuevo equipo del Club llamado España, nos empecemos a comportar como tal y empecemos a exigir a sus dirigentes igual que hacemos con los Loperas, Giles, Cerezos, del Nidos, pitermanes, etc, etc. un abrazo. miguel
Te añado a mis links
Una Eurocopa que fue de menos a más. Se empezó con un nivel bajo, pero se acabó a lo grande, sobre todo, gracias a ESpaña.
Me defraudaron Portugal y Holanda las cuales se vinieron abajo en los cuartos de final.
España fue la justa vencedora. Rusia y Turquía las dos animadores. Alemania fiel a sí misma.
un abrazo.
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