La importancia del aplauso

En los últimos años se ha puesto de moda la costumbre de aplaudir en un campo de fútbol. Aplaudir todo lo que ocurra dentro del campo, tanto si es perjudicial para el equipo como si no, se ha convertido en una costumbre para todos los futbolistas.

Tenemos aplausos de todos los colores: se aplaude en lo positivo, cuando un compañero marca un gol o cuando un compañero otorga una genial asistencia; pero también existen aplausos para lo negativo: los futbolistas aplauden cuando ellos mismos fallan un pase, aplauden cuando se recibe un gol, aplauden cuando ellos mismos no llegan a controlar un balón (normalmente a causa del poco esfuerzo del "aplaudidor", termino que definiré más adelante) e incluso aplauden cuando tienen un error clamoroso que le puede hacer costar un partido a su equipo. 

En resúmen, que los aplausos se han convertido en un recurso más para los jugadores de fútbol. Un recurso que les ayuda a sentirse bien con ellos mismos, sintiendo que enmiendan sus errores después de aplaudirse a si mismos.

En el fútbol profesional de hoy en día existen "aplaudidores" de élite. Jugadores que son capaces de pasarse todo el partido aplaudiendo todas y cada una de las acciones que se realizan en el campo.

Sin embargo, el ser un gran aplaudidor suele estar reñido con ser un gran futbolista. Los aplaudidores, a sabiendas de su poca (o nula) capacidad para aportar algo (o simplemente las pocas ganas de aportarlo), se dedican a pasarse todo el tiempo que están en el terreno de juego regalando aplausos a sus compañeros.

Hay casos realmente sangrantes. Casos de auténticas ex-estrellas, jugadores que deambulan por el campo sin aportar nada al equipo y fallando cada control o cada pase que intentan. Pero para ellos no pasa nada. Después de cada fallo dedican su correspondiente aplauso, con lo que se sienten satisfechos. 

Pero parece ser que para los entrenadores son piezas importantísimas dentro del equipo. Si no, no se entiende que jugadores como Henry (léase Raúl y/o tantos otros) sean capaces de deambular por el campo durante partidos y partidos sin apenas oler el banquillo. Jugadores que, además, son de los más pagados de sus respectivos equipos.

Es por ello que deduzco que el "aplaudidor" profesional tiene una importancia considerable dentro del equipo. Porque, si no, es inexplicable que a decenas de jugadores se les permita deambular por el campo sin aportar nada más que el sonido que producen las manos al chocar entre sí.