Trequartistas italianos

miércoles, 4 de febrero de 2009 |


Dedicado a los imprecadores del fútbol itálico.

Trequartista es una palabra italiana que, aplicada al fútbol, infiere una posición en el campo de tres cuartos de cancha partiendo desde el propio pórtico. Zona en la que por lo general coincide el juego de los mediocampistas de ataque y los delanteros. Es en ella en la que una nómina inmensa de futbolistas italianos, dotados de magia, técnica e inspiración, labraron su historia. Llamados también enganches o mediapuntas, son por lo general los números 10 del equipo (de allí que la nomenclatura del deporte relacionara este número con la posición). En otro post podré definir mejor los aspectos de este puesto, pero me limitaré a decir que la buena pegada (larga distancia y cobros de falta), la técnica exquisita, la habilidad con el balón en los pies y la creación de juego (habilitación y pase) son cuatro detalles que unen discretamente a estos predestinados.

Páginas enteras se requerirían para describir por completo la historia de los trequartistas italianos, sembrada de nombres de la talla de Mazzola, Rivera o Sívori. Por lo que vale enfocar el último cuarto de siglo.
Así como Italia gozó de una tríada genial de autores cuatrocentistas (Dante, Bocaccio y Petrarca), también lo hizo con una tríada genial de futbolistas trequartistas (il Codino, il Pinturicchio e il Capitano).

Roberto Baggio, para muchos el mejor futbolista italiano de todos los tiempos; para todos, dueño de una deliciosa técnica individual, la misma que le permitió jugar el tiempo que quiso. Qué se puede agregar del Divino.

Alessandro Del Piero, sucesor del Divin Codino, y digno heredero de su cetro. Imaginativo a más no poder. Hay quien dice en Italia que nunca marcó un gol feo. Para Maradona (el mejor enganche de la historia), uno de los pocos del fútbol actual que todavía le divierte. Sus asistencias le han permitido a jugadores como Inzaghi o Trezeguet romper más de una red. El mejor lanzador de faltas del mundo, con una efectividad abrumadora (anotó 1 de cada 3 que disparó). Un verdadero fuoriclasse.

Francesco Totti, el último pero no por ello menos importante de este podio. Fantasista puro. Desempolvó la técnica de Panenka en los tiros de penal, y redescubrió el potencial del fútbol corto. Magnífico asistidor y letal en los lanzamientos libres. Al igual que Del Piero, las lesiones no le respetaron en el mejor momento de su carrera. Pero genio al fin.
A este trío magnífico le escolta una pléyade no menos rutilante de números 10.

Gianfranco Zola, suplente nada menos que de Maradona (su mejor alumno) en el Nápoli e ídolo máximo del Chelsea, a donde llegó con 30 años para romper los esquemas del frío fútbol británico. Un verdadero espectáculo.

Giuseppe Signori, el Beppe fue tachado injustamente de ser menos técnico que sus coetáneos, pero quien le haya visto jugar sus últimos años en el Bologna sabrá cuán errados están estos conceptos. Vaya dribbling.

Roberto Mancini, la elegancia al servicio del fútbol. Clase pura que intentó transmitir a sus equipos en su etapa con entrenador. Con Vialli consiguió lo imposible

Roberto Donadoni, quizá más jugador de banda (extremo), pero no por ello menos que el resto. Un fuera de serie con una llegada impresionante.

Bruno Conti, su sprint al borde del área fue legendario. Más de asistencias de gol que nadie, aceleración y regate. Todo un fenómeno de su tiempo.

Paolo Di Canio, un verdadero crack a quien sus polémicas tendencias le costaron cierta
degradación en el imaginario colectivo. Actitud y prestancia.

Enrico Chiesa, una de las pegadas más efectivas de la Serie A en la última década. ¿Qué fanático de la Serie A no recuerda por lo menos un golazo suyo? Con Batistuta, Rui Costa y Mijatovic inyectaron el miedo en los grandes.

Marco Simone, seguramente el menos fastuoso. En el Mónaco reinventó la posición agregándole gol y desborde, aunque no cuajó en un grande de Italia.

Fabio Liverani, su condición de medio africano quizá retrasó su progreso, pero no fue impedimento para contemplar en escena su increíble panorama de juego.

Domenico Morfeo, uno de los mayores desperdicios de talento en la historia del Calcio. Al igual que Pirlo es capaz de acariciar literalmente el balón. Pero su notable irregularidad le privó de vestir la azzurra.

Fabricio Miccoli, la Juve se cansó de esperar su explosión, por lo que decidió cederle. Probablemente más segunda que mediapunta, la potencia de su disparo difícilmente encuentre parangón.

Estos han sido los trequartistas italianos de los últimos años del siglo XX.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y han solido tener problemas en la selección italiana y en sus clubes debido a su inmensa calidad. En un fútbol rácano como el italiano, un jugador excelso siempre resulta dificil de meter en el once inicial.

un abrazo.

Dani Navedo dijo...

Personalmente, me quedo con Zola y con Del Piero, dos jugadores irrepetibles.

Gracias por vuestro enlace y vuestra visita.

Un saludo!!

José Sellés dijo...

hola, gracias por visitarme
¡ qué grandes jugadores !
Oye, ¿Qué final pronostícas para la Copa del Rey?
Por favor contéstame en
futbol-chicks.blogspot.com
MUCHAS GRACIAS un abrazo