miércoles, 26 de diciembre de 2007 | 
Dicen que las grandes batallas se deciden por pequeños detalles que decantan la balanza a favor de unos u otros. Pues bien ,en ocasiones, hay rotundas victorias forjadas en una intachable y abrumadora superioridad estratégica. Fiel reflejo de ello fue lo ocurrido en el gran clásico por antonomasia del pasado Domingo.
La apuesta de Schuster fue clara. Prescindió de cualquier atisbo de elegancia, toque plano y ralentización en la zona ancha, en beneficio de tejer un entramado de líneas que operaron como una maquinaria relojera sincronizada (con un claro sello italo-germano): Retaguardia adelantada, impidiendo fisuras en los tres cuartos. Medular “herculiana”, ejerciendo una presión asfixiante y barriendo los “peones” blaugranas –ahí fue donde se fraguó el sabor de la victoria-. Vanguardia permutable, dificultando la salida limpia del balón. Resultado: Metódico frente de combate que descompuso a los de Rijkaard.
Como he dicho, el encuentro se decidió en la zona central. Baptista y Sneijder se encargaron de romper la débil trinchera de los locales. Descomunal partido de La Bestia. Diarra se unió a la fiesta, yendo de menos a más y erigiéndose en el vértice de los 2 triángulos. Por el lado contario, Xavi mostró su peor cara. El vallesano sufrió en la presión y sin espacios, hasta diluirse. Exhibió todas sus carencias como jugador.
Con los medios ahogados y las bandas taponadas -gracias a perfectas basculaciones- el único recurso del Barça era la figura de Iniesta. El manchego estuvo pletórico los 90 minutos. Embestía por todas los lados, pero cuando llegaba al área se encontraba con la excelsa figura de Don José.. Mención aparte.
El partido de Pepe fue escandaloso: Perfecto al cruce, atento en la anticipación, inexpugnable por alto y con una sobrada capacidad de salida del balón. Encuentro para callar bocas y empezar a justificar su precio. Omnipotente. Junto a él, la mejor versión de Cannavaro: midiendo perfectamente las distancias. En los flancos, Ramos y Heinze. Ronaldinho (su ocasión más clara fue perfectamente desbaratada por Iker) y Eto´o (sin dar señales) acabaron desquiciados. Cualquier desborde del primero a su par era desbaratado por la imperiosa figura de Pepenbauer. Omnipresente.
La perfecta disposición táctica se vio recompensada en forma de gol tempranero. Y es que éste equipo no juega. Este equipo se repliega, recupera, contragolpea y mata. Claro ejemplo fue el gol. Contra como mandan los cánones. Embestida de Baptista –una de las múltiples del partido- pared con Ruud y zarpazo a bote pronto –con el exterior de su pierna derecha- que se coló por el ángulo superior izquierdo del marco de Valdés. Golazo.
Si hay que poner un pero ,al gran trabajo del conjunto, es la sensación de poder haber matado el partido. Raúl y Ruud –vaciados en la presión- llegaban exhaustos al área. Robinho bicicleteaba y desquiciaba a Puyol –en una preocupante forma- pero no atinaba con el segundo. El Barça llegó en oleadas finales con la entrada de Bojan. El de Linyola transmitió más sensación de peligro en los escasos diez minutos que estuvo en el campo que el resto de sus compañeros, Iniesta aparte. ¿Reclamo a gritos del cambio generacional?.
En definitiva, justa victoria en el partido más serio del Madrid que recuerdo en años. Confirmación de Pepe –con un partido que le eleva al Olimpo de los grandes centrales-, imperiosa necesidad de Baptista en el once inicial y claridad de ideas de Schuster (sin contradecirse al sentar a Guti. En ese partido, el “14” no tenía cabida). Estocada a la Liga. Ahora bien, ¿Transmitirá el equipo tan gratas sensaciones en las grandes citas?. Tiempo al tiempo. El camino y el modelo a seguir está marcado.
La apuesta de Schuster fue clara. Prescindió de cualquier atisbo de elegancia, toque plano y ralentización en la zona ancha, en beneficio de tejer un entramado de líneas que operaron como una maquinaria relojera sincronizada (con un claro sello italo-germano): Retaguardia adelantada, impidiendo fisuras en los tres cuartos. Medular “herculiana”, ejerciendo una presión asfixiante y barriendo los “peones” blaugranas –ahí fue donde se fraguó el sabor de la victoria-. Vanguardia permutable, dificultando la salida limpia del balón. Resultado: Metódico frente de combate que descompuso a los de Rijkaard.
Como he dicho, el encuentro se decidió en la zona central. Baptista y Sneijder se encargaron de romper la débil trinchera de los locales. Descomunal partido de La Bestia. Diarra se unió a la fiesta, yendo de menos a más y erigiéndose en el vértice de los 2 triángulos. Por el lado contario, Xavi mostró su peor cara. El vallesano sufrió en la presión y sin espacios, hasta diluirse. Exhibió todas sus carencias como jugador.
Con los medios ahogados y las bandas taponadas -gracias a perfectas basculaciones- el único recurso del Barça era la figura de Iniesta. El manchego estuvo pletórico los 90 minutos. Embestía por todas los lados, pero cuando llegaba al área se encontraba con la excelsa figura de Don José.. Mención aparte.
El partido de Pepe fue escandaloso: Perfecto al cruce, atento en la anticipación, inexpugnable por alto y con una sobrada capacidad de salida del balón. Encuentro para callar bocas y empezar a justificar su precio. Omnipotente. Junto a él, la mejor versión de Cannavaro: midiendo perfectamente las distancias. En los flancos, Ramos y Heinze. Ronaldinho (su ocasión más clara fue perfectamente desbaratada por Iker) y Eto´o (sin dar señales) acabaron desquiciados. Cualquier desborde del primero a su par era desbaratado por la imperiosa figura de Pepenbauer. Omnipresente.
La perfecta disposición táctica se vio recompensada en forma de gol tempranero. Y es que éste equipo no juega. Este equipo se repliega, recupera, contragolpea y mata. Claro ejemplo fue el gol. Contra como mandan los cánones. Embestida de Baptista –una de las múltiples del partido- pared con Ruud y zarpazo a bote pronto –con el exterior de su pierna derecha- que se coló por el ángulo superior izquierdo del marco de Valdés. Golazo.
Si hay que poner un pero ,al gran trabajo del conjunto, es la sensación de poder haber matado el partido. Raúl y Ruud –vaciados en la presión- llegaban exhaustos al área. Robinho bicicleteaba y desquiciaba a Puyol –en una preocupante forma- pero no atinaba con el segundo. El Barça llegó en oleadas finales con la entrada de Bojan. El de Linyola transmitió más sensación de peligro en los escasos diez minutos que estuvo en el campo que el resto de sus compañeros, Iniesta aparte. ¿Reclamo a gritos del cambio generacional?.
En definitiva, justa victoria en el partido más serio del Madrid que recuerdo en años. Confirmación de Pepe –con un partido que le eleva al Olimpo de los grandes centrales-, imperiosa necesidad de Baptista en el once inicial y claridad de ideas de Schuster (sin contradecirse al sentar a Guti. En ese partido, el “14” no tenía cabida). Estocada a la Liga. Ahora bien, ¿Transmitirá el equipo tan gratas sensaciones en las grandes citas?. Tiempo al tiempo. El camino y el modelo a seguir está marcado.
3 comentarios:
Pedazo de artículo Rick. Un placer leerte, como siempre. La verdad que sí que es una buena estocada para la Liga y el Barça.
Joder rick, hacía tiempo que no leía una crónica tan completa. Enhorabuena.
Un saludo
Una gran crónica, como te han dicho completa en todos los sentidos, echaré un vistazo a vuestro foro ya que el blog parece interesante.
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